- Level Up! Bonus
- Posts
- ¿Y si ya habías terminado el juego... aunque no llegaste a los créditos?
¿Y si ya habías terminado el juego... aunque no llegaste a los créditos?

Hola,
Ayer, leyendo el Discord del pódcast mientras preparaba el guion del próximo episodio, me quedé enganchado a un mensaje de Arashi. Uno de esos mensajes que no solo te hacen pensar, sino que te obligan a parar. Literalmente: cerré el portátil, me serví un café y me quedé dándole vueltas en silencio.
Hablaban de videojuegos, claro. De cuánto cuesta uno. De cuántas horas “debería” durar. Del eterno debate sobre el ratio precio-tiempo. Y de si es justo pagar 80 € por una campaña de 6 o 7 horas.
Pero lo que más me tocó no fue el argumento, sino la trampa emocional que conlleva.
“Si pago 90 €, espero un rendimiento en productividad emocional. No debería pensar así… pero lo hago.”
Boom. Esa frase me rompió. Porque, sin querer, define una de las grietas más profundas del medio que amamos.
¿Cuánto vale una hora de juego?
Hemos normalizado algo extraño: medir el valor de una experiencia artística como si fuese un producto industrial. Como si el sentido último de un videojuego fuera cuántas horas te da. Y no qué te hace sentir.
El cálculo es casi automático:
“80 € por 6 horas = mal. 80 € por 80 horas = rentable. ✅”
Y en ese marco mental, todos salimos perdiendo: el jugador, que se fuerza a seguir cuando ya está agotado. El desarrollador, que tiene que llenar de contenido lo que no necesita tanto. Y el medio, que deja de aspirar a ser arte para ser un sistema de amortización.
Yo también he caído ahí. He comprado juegos pensando: “no tengo tiempo, pero al menos sé que me durará”. Como si fuera una inversión en horas de ocio. Como si el número justificara el gasto, no la experiencia.
Y, con el tiempo, me he dado cuenta de que los juegos que más me han marcado... no fueron los más largos.
La verdad de la que nadie habla
“A la gente no le gustan los juegos cortos.”
¿Seguro?
Los datos dicen otra cosa. Porque la mayoría no termina los juegos. Y no lo digo como crítica. Lo digo como síntoma.
Estos son algunos datos reales sacados de trofeos y logros de plataformas:
GTA V: apenas un 22–25 % completa la historia.
Red Dead Redemption 2: 22–28 %.
Assassin’s Creed Valhalla: alrededor del 19–21 %.
Horizon Forbidden West: en torno al 35 %.
The Last of Us Part II: 57,8 %.
Ratchet & Clank Rift Apart: 46 %.
Assassin’s Creed Mirage (más corto): 63,88 %.
Es demoledor.
Estos juegos como ya sabes no son obras mediocres. De hecho, son técnicamente impresionantes, obras maestras de su género incluso. Pero algo no cuadra: hacemos juegos gigantes… que la mayoría no acaba.
¿Y si el jugador ya ha tenido suficiente?
En fin, es lunes así que vamos directos al grano: no todos los juegos necesitan ser terminados para que hayan cumplido su propósito.
Un juego puede aportarte 40 horas intensas, emocionantes, memorables… y después simplemente perder fuelle. Y tú lo dejas. Y no pasa nada.
¿Acaso hace falta ver el final de un libro para decir que lo has disfrutado? ¿O terminar todas las temporadas de una serie para que te haya dejado huella?
Quizá en lugar de forzarnos a terminar, deberíamos empezar a preguntarnos:
“¿Esto me está dando lo que busco?”
“¿Estoy disfrutando… o completando?”
El impacto emocional no se mide en horas
Algunos de los juegos que más me han marcado no duran más de 6-8 horas. Journey, Inside, Los ríos de Alice, Firewatch, What Remains of Edith Finch, Brothers, The Stanley Parable…
En cambio, también he invertido 40, 50, 60 horas en mundos enormes… que no recuerdo. Porque no me dijeron nada. Porque no conecté. Porque me perdí entre menús, misiones secundarias y mapas con 300 iconos.
Y no estoy diciendo que los juegos largos sean malos. Amo Zelda: Tears of the Kingdom, y llevo más de 110 horas. Pero ahí está la clave: no lo juego porque siento que “debo”. Lo juego porque quiero.
Death Stranding, o la belleza de ir despacio
En paralelo a todo esto, estoy rejugando Death Stranding para el A Fondo que vamos a grabar. Y te juro que me está pareciendo aún mejor que la primera vez.
Porque esta vez no tengo prisa. No tengo urgencia. No siento presión.
Camino, observo, construyo, conecto. Y cuando lo apago, me quedo pensando.
¿Cuánto “vale” una hora de juego como esa? ¿Cuánto vale un paisaje que te deja sin palabras? ¿Una canción que suena al llegar a un refugio? ¿Un momento de silencio?
Lo que me da ese juego… no se mide en horas.
¿Y tú? ¿Cómo valoras los videojuegos?
Sé que este tema es denso. Que no tiene una única respuesta.
Pero me encantaría que me contaras lo que tú piensas.
¿Has dejado un juego a medias sintiendo que ya te había dado todo?
¿Te pesa más el precio… o el tiempo que sabes que no tienes?
¿Te ha pasado eso de jugar por inercia solo porque “ya estás metido”?
¿Qué juego corto te dejó una huella larga?
Puedes responder a este correo, escribirnos en redes… o simplemente pensarlo con tu café. Eso también vale.
❤️ Si te ha hecho pensar…
Level Up! existe gracias a la gente que está al otro lado. Como tú.
No hay anuncios. No hay patrocinadores forzados. Solo pasión, muchas horas y un equipo que intenta hacerlo mejor cada semana.
Y ahora estamos en un punto clave:
El 15 de abril suben los precios de nuestro Patreon.
Y el Discord pasará a ser exclusivo para mecenas.
Si alguna vez pensaste en apoyarnos, este es el momento.
Desde solo 2,5 €, puedes formar parte real de este proyecto.
Escuchar los episodios antes que nadie. Acceder a contenido exclusivo. Y ayudarnos a seguir haciendo esto con libertad.
Gracias por estar al otro lado.
Gracias por leernos hasta el final.
Gracias por formar parte de esto.
Alfonso